domingo, 14 de septiembre de 2008

Yo solo creo en las naranjas


"La tierra es redonda como una naranja"

José Arcadio Buen Día ~ 100 años de Soledad (Gabriel García Márquez)


Y no es extraordinario percibir el fanatismo de nosotros los humanos respecto a ciertos temas, factores e ideales.

No hablamos de devoción, de dar la vida o de dedicarla para eso, hablamos de una obstinación, una obstinación ciega de encerrarnos en idealismos dudosos pero para nosotros más verdaderos que los de los demás. No es que este mal creer en algo diferente, tampoco es que todos tenemos que hacerlo, pero la actitud que acogemos nosotros individuos respecto a la política, religión, familia, etc. En ocasiones en que lo que nos dicen y lo que decimos es difuso cuestionable, observar cómo podemos mantenernos en el mismo vaivén, criticar a quienes no lo están, y encontrar argumentos del mismo origen dudoso que del adversario.

Lo menciono porque, ahora que mi país abunda el comentario crítico (respecto a la política en este caso), yo que nunca he sido buena juzgando respecto a este tema y que además se me hace algo complicado entenderlo, percatarme como un bando niega la verdad que los otros sostienen, mientras que los otros la afirman y al final encontrarme con que ninguno me ha dicho algo que pueda creer.

Me pregunto por las citas, por los sinónimos, por las repercusiones, por la realidad anterior a la que me mencionan, por otras fechas, por lo que necesito para poder ver toda la verdad en mis manos y saber cual, en que me mienten, en que no.


 

En un blog leí cierto dato sobre política.

Y me di cuenta que tiene razón, yo puedo sentir el lazo entre un no o un sí, entre lo que ellos creen y lo que nosotros creemos, lo que tememos y lo que ellos quieren.

Todos tienen sus verdades a medias.

Ninguno convence, yo solo miro y asiento, como no voto no hay apuro en entender.

Pero y los que si, en que vasas su tachon en el papel.

En los mitos de las nuevas leyes, en la interpretación del sermón de la mañana o en lo que un día su padre le dijo que era lo que tenía que creer.


 

Me refiero a esto en la forma que nosotros seres humanos somos capaces de creer algo, tan fanáticamente que ni siquiera nos damos cuenta de lo poco centradas que son nuestras opiniones y juicios, como vemos un lado y tapamos con la mano el otro y así nunca entender.


 

En resumen y sin resumir, cada quien ve el mundo tan naranja y tan redondo como le parece. Pero tal vez en el presente nunca sepamos que tan naranja o que tan redondo era…

Buuu, aburrido.

(por cierto, i¡yo edite la naranja, jaja, si ese día también estaba aburrida -_-)

 

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