lunes, 25 de agosto de 2008

Te pago para que me hagas alguien mejor…

En el medio en el que vivo, nos hemos trastornado de tal manera y nos hemos vuelto tan cómodos que, las personas en su vida diaria no logran creer que pueden superarse, más bien, no lo intentan, están conformes con lo que tienen aunque se quejen de su situación diariamente y conscientemente.

Muchas de esas personas si saben que es lo que tienen que hacer, saben que no se necesita mucho tiempo ni es mayor esfuerzo pero no se deciden hasta que entrar a uno de esos centros con horarios estrictos o se contratan un instructor a domicilio.

Porque, para superarnos, para hacer un poco más de lo mínimo o de lo rutinario necesitamos de algo o alguien más que nos discipline, que nos diga que hacer.

No creo que al entrar a esos centros, nos den motivación o ganas de repente, ellos no incitan pero tampoco nos cuidaran como si fuesen nuestras niñeras llevándonos desde la manito.

La verdad es que, uno pagan para que lo disciplinen, a organizarse, o no decir "hoy no, mañana" o cosas semejantes, uno paga para que le enseñen a ser constante. Y eso es, porque uno esta enseñado a ser muy cómodo, a conformarse y cosas así, a escoger la pereza a la superación, por eso es que estamos destinados a ser del montón.

Ayer hable con una conocida mía sobre cómo se crio ella en un país extranjero (Rusia). Me dijo que estaba leyendo un libro sobre campos de concentración rusos narrado por un extranjero (es decir alguien que no es de Rusia) y que ella mencionaba como las personas que estaban ahí tenían alado de sus camas escrito en la pared lo que tenían que hacer todos los días, con horarios y demás y que te obligaban a respetar eso. Claro, la narradora lo enfocaba como si eso fuese algo anormal, pero por lo contrario me aclararon que eso en Rusia era lo más normal, desde pequeño se le inculcaban a los Rusos a mantener esa clase de disciplina, cumplir todo lo que tenían que hacer durante el día, etc. Y claro, si no lo cumplías tu padres te retaban de una forma seria, pero eso era normal y así la mayoría de los jóvenes (tampoco me arriesgare a decir que todos) aprendían a manejar su tiempo, a valerse por si mismos (ya que también, como allá no tenían empleadas, ellos arreglaban su casa y sus cosas) y a superarse por si solos.

También me comento que intento aplicarle la misma disciplina a sus hijos, pero que no se pudo al 100%, por que el mismo medio no te lo permite. Como ya es obvio aquí las cosas son diferentes.

Entonces, supongo que, habrá que decidirse con seriedad a decir que realmente lo haré, ya que si se deja para después, entonces será nuca,


 


 


 

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